miércoles, 11 de julio de 2012

Soy Carax



No me gustó "El Juego del Ángel".


Sin embargo, "La Sombra del Viento", que estoy releyendo para continuar con "El Prisionero del Cielo", me atrapó tanto como la primera vez, hace 7 años. Por suerte (creo que es una suerte) no lo recuerdo tanto como creía y la sensación vuelve a ser magnífica. Calculo que quiero ser el escritor, el protagonista y el hombre misterioso; quiero que Zafón sea Sempere, y que Sempere sea Carax. Y me vuelve a seducir, igual que aquélla vez, la misteriosa ciudad de Barcelona, y muero de ganas de perderme por esas calles y bibliotecas que, según leo, parecen ser las únicas en el mundo que respiran.


Sin embargo hay algo que me está molestando esta vez, algo que no recuerdo haber notado antes: las fechas no coinciden. Nunca dan las cuentas entre los sucesos y la edad del protagonista; la damisela, universitaria ella, de pronto es menor que el muchacho de 18; si Aldaya se fue en el '26 y regresó 10 años más tarde, qué hacía en Barcelona en el '32? La trama, excelente a mi entender, es muy superior a esta que yo hoy considero una imperfección abrumadora, y tal vez por ello no se repara en ello cuando se la lee por primera vez. Será que nadie más que yo ha vuelto a leer esta novela? Será que solo a mi me molesta tanto? Tanto que voy y vuelvo por las páginas como loca esperando estar equivocada, para confirmar que no, que las fechas no coinciden. La linea del tiempo en esta historia está troquelada.


Lo fantástico es que, aún así, esta lectura me fascina. A veces creo que el libro mutó con los años, que la primera vez fue totalmente perfecto y ahora ha cambiado, que por eso no reconozco nada de lo que leo y es como una historia nueva para mí. Me envuelve y me hace parte hasta el punto de confundir la narración con la vida, las personas con los personajes. Me pregunto qué estarán haciendo ahora, escapándose del libro en mi cartera mientras escribo estas líneas en el trabajo... Me pregunto si esas páginas siguen mutando cuando no las miro...


Qué hago acá que no estoy leyendo!!

domingo, 15 de enero de 2012

Otra vez

Quisiera tener más tiempo para leer.

Ver más películas. Probar más platos. Escuchar más bandas. Oir más historias. Conocer más personas y más ciudades.

Quisiera trabajar menos horas.

lunes, 26 de abril de 2010

Sueños

Una pelota de pelos no sirve, ni hay niñas africanas sirviendo sandwiches en living de mi abuela, ni lo que digo es coherente por mucho que lo parezca mientras me resbalo hacia un profundo sueño, ni estoy diciendo lo que creo decir cuando en realidad ya estoy durmiendo, ni voy a acordarme al despertar de todo lo que me estoy dando cuenta en este fugaz instante de lucidez en el que creo poder detener el cataclismo hacia la inconsciencia para poder razonar las ideas que velozmente caen junto a mí en el vacio del sueño confortable y ... demasiado tarde.

Nadie jamás sabrá qué pasó por mi mente justo antes de quedarme dormida, así como nunca se sabe qué piensa la gente justo antes de morir.

Sólo contamos esta vez con un testimonio para nada esclarecedor, pues es una verdad prácticamente inapelable. Desde cualquier punto de vista, para cualquier propósito, despiertos o dormidos, en las nubes del sueño o en la Tierra, es casi imposible negarlo.

Una pelota de pelos no sirve.

lunes, 22 de febrero de 2010

Mr X

Suponemos que el señor en cuestión salió de un restorán y recibió un llamado urgentísimo a su móvil advirtiéndole que huya inmediatamente, y así sin más desvió el taxi al aeropuerto más cercano y se mandó en el primer vuelo que lo alejara de su país. Para esto tendría que ser el tipo de tipo que se mete en asuntos tales que lo llevan a tener consigo todo el tiempo el pasaporte, en caso que surjan estas contrariedades.

Nunca descartamos la posibilidad de que la explicación a este inusual caso sea mucho más simple: que el pobre hombre esté loco, que haya perdido hace tiempo (podría que no mucho) el sentido, la ortientación, la razón! Así simplemente se ha levantado de la siesta una tarde con ciegas ganas de piantarse y eso hizo, sin tomar precaución alguna.

Sin querer pecar de adoradores de lo sobrenatural, lo primero que se nos ocurrió fue que este buen hombre, desconociendo sus poderes mágicos, se metió en su baño una noche y al abrir la puerta se encontró en la cabina de un avión, sobrevolando el Atlántico, y al no poder explicar su misteriosa aparicón, calladito se dejó llevar hasta destino y, ya que era la bella Buenos Aires, aprovechó y se quedó una vueltita.

Lo que sabemos es que un señor de sesenta y algo que no habla fluido el castellano arribó a Buenos Aires en un vuelo internacional, sin carry-on, sin equipaje despachado, sin reserva de hotel, sin efectivo, SIN UNA MUDA DE ROPA INTERIOR, sin idea de cuánto tiempo se iba a quedar en la ciudad ni de qué iba a hacer, pero calmo, dispuesto a empeñar su American Express en cualquier cosa que valga su costo y con un reloj en su pulso que para muchos argentinos vale más que su vida.

Nunca supimos su nombre ni su origen ni su procedencia, pero nos dejó una historia imposible de entender, muy difícil de creer y muy digna de contar.

Pase, Sr. X, cuando salga, así nos cuenta cómo le fue...

miércoles, 29 de julio de 2009

Llorando, a pesar de todo.

A pesar de que disfruté las películas, de que volví a cenar, a pesar de que se fueran, estoy llorando.

A pesar de que disimularan ver mis lágrimas, de que me llorasen como pidiendo disculpas, a pesar de que me obligaron a quedarme, estoy llorando.

A pesar de que me insistieran en que no era tan grave, que no valía la pena disutir, a pesar de que encontraran una excusa, estoy llorando.

A pesar de que me encerraran en mi propia casa, me hagan quedar como un ilusa imbécil, me hagan sentir una ilusa imbécil, me rueguen que vuelva, me cocinen, me regalen el postre, me sigan ignorando, me hagan hablar con mamá, me traigan de vuelta y me digan hasta mañana.

A pesar de todo todo lo que hicieron y dejaron de hacer por mí, estoy llorando.

No vayan a sentir lástima ni vergüenza, para eso estoy yo.

miércoles, 22 de julio de 2009

El Extraño

Unos cuantos años después que yo nací, mi padre conoció a un extraño en nuestra pequeña población en Puerto Rico. Desde el principio, mi padre quedó fascinado con este recién llegado encantador personaje, y enseguida le invitó a que viviera con nuestra familia. El extraño aceptó y desde entonces ha estado con nosotros.

Mientras yo crecía, nunca pregunté su lugar en mi familia, en mi mente joven ya tenía un lugar muy especial. Mis padres eran instructores complementarios: Mí mamá me enseñó lo que era bueno y lo que era malo y mi papá me enseñó a obedecer. Pero el extraño era nuestro narrador. Nos mantenía hechizados por horas al extremo con aventuras, misterios y comedias... Si yo quería saber cualquier cosa de política, historia o ciencia, siempre sabía las contestaciones sobre el pasado. ¡Conocía del presente y hasta podía predecir el futuro! Llevó a mi familia al primer juego de de las ligas mayores de béisbol. Me hacia reír y me hacia llorar. El extraño nunca paraba de hablar, pero a mi padre no le importaba. A veces, mi mamá se levantaba temprano y callada mientras que el resto de nosotros estábamos pendientes para escuchar lo que tenía que decir, pero ella se iba a la cocina para tener paz y tranquilidad. (Ahora me pregunto si ella habría rezado alguna vez, para que el extraño se fuera.)

Mi padre dirigió nuestro hogar con ciertas convicciones morales, pero el extraño nunca se sentía obligado para honrarlas. Las blasfemias, por ejemplo, no fueron permitidas en nuestra casa… No de nosotros, ni de nuestros amigos o de cualesquiera visitantes. Sin embargo, nuestro visitante de largo plazo, lograba pronunciar la palabra esa HP que quemaban mis oídos e hicieron que mi papá se retorciera y mi madre se ruborizara. Mi papá nunca nos dio permiso para usar alcohol de manera liberal. Pero el extraño nos animó a intentarlo sobre una base regular. Hizo que los cigarrillos parecieran frescos e inofensivos, y que los cigarros y las pipas se vieran distinguidas. Hablaba libremente (demasiado libre) sobre sexo. Sus comentarios eran a veces evidentes, a veces sugestivo, y generalmente vergonzosos.

Ahora sé que mis conceptos sobre relaciones fueron influenciados fuertemente durante mi adolescencia por el extraño. Repetidas veces lo reprendieron y raramente le hizo caso a los valores de mis padres y NUNCA le pidieron que se fuera.

Más de cincuenta años han pasado desde que el extraño se mudó con nuestra familia. Desde entonces ha cambiado mucho y ya no es casi tan fascinante como era al principio. No obstante, si hoy usted pudiera entrar en la guarida de mis padres, todavía lo encontraría sentado en su esquina, esperando a alguien para que escuchara sus charlas y para verlo dibujar sus cuadros. ¿Su nombre?

¡Nosotros lo llamamos televisor!

Nota: Se requiere que este artículo sea leído en cada hogar. Y cuidado, que el extraño ahora tiene una esposa que se le llama Computadora y un hijo llamado Telefono Celular!

miércoles, 15 de julio de 2009

Paranoia Zero


Queridos amigos: con esto de la Gripe A hay que informarse bien, porque la gente se está paranoiqueando y es bueno tener en claro las cosas para no volverse locos. Por suerte, en mi casa no hemos llegado a ese extremo y solamente hemos tomado medidas preventivas:

Echamos Lysoform en los picaportes, las mesas, sillas, inodoros y en el teclado de la PC (ya rompimos 3), nos lavamos con alcohol en gel cada vez que entramos a casa (tenemos las manos pegoteadas todo el tiempo) y por las dudas nos lavamos con alcohol por dentro (hace quince días que estamos en pedo, si el bicho llega a vencer las barreras externas, adentro lo hacemos mierda).

No nos sacamos el barbijo por nada del mundo (salvo para tomar el alcohol), no nos juntamos con nadie (ni entre nosotros) y no le damos la mano ni besamos a nadie (eso, en algunos casos suele estar bueno), ventilamos la casa todo el tiempo (nos recagamos de frío, pero con lo que chupamos ni nos damos cuenta), despedimos a la mucama (desde lejos y sin tocarla), no atendemos a vendedores ambulantes ni vamos al súper, ni al cine, ni a trabajar, ni a nada.

Lástima que, con eso de ventilar, la casa se nos llenó de mosquitos y como hay que prevenir el dengue nos estamos untando con Off, rociamos todo con Raid Azul, Shelton Naranja y Fuji Verde, compramos trajes de apicultores (para que los mosquitos no puedan llegarnos a la piel) y seguimos bebiendo lo que nos queda en la bodeguita (a esta altura no sé si eso previene el dengue, pero es divertido).

Menos mal que no hemos caído en la locura general, sino la estaríamos pasando muy mal.

Saludos desde el sótano.

jueves, 23 de abril de 2009

Feminista

Cuando Dios creó a Adán y Eva les dijo:

'Sólo me quedan dos regalos, uno es el arte de hacer pipi de pie y...'

Entonces Adán se adelantó y gritó:

'Yo!!! Yo, Yo!! Yo lo quiero, por favor! Señoooor, porfaaa, porfaaa!!! Mire, que me facilitaría la vida sustancialmente...'

Eva asintió, dijo que esas cosas no tenían importancia para ella.

Entonces Dios le dio a Adán el regalo y éste empezó a gritar de alegría. Corría por el jardín del Edén y hacía pipi en todos los árboles y arbustos, corrió por la playa haciendo dibujos con su pipi en la arena... En fin, no paró de lucirse.

Dios y Eva contemplaban al hombre loco de felicidad y Eva preguntó Dios:

'Cuál es el otro regalo?'

Dios contestó:

CEREBRO, EVA, CEREBRO! Y ES PARA TI...

lunes, 23 de marzo de 2009

COSAS DE LA VIDA

Anoche mi papá y yo estábamos sentados en la sala hablando de las muchas cosas de la vida... entre otras... estábamos hablando del tema de vivir/morir.

Le dije: Papá, nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas y líquidos de una botella. Si me ves en ese estado, desenchufá los artefactos que me mantienen vivo. PREFIERO MORIR.

Entonces, mi Papá se levantó con cara de admiración y....

me desenchufó el televisor, el DVD, el Cable, Internet, la PC, el mp3, el teléfono, me quitó el celular y me tiró todas las cervezas!!
QUE LO PARIÓ , viejo de mierda!

CASI ME MUERO !!!!

domingo, 1 de febrero de 2009

Wake me up

Despertame, lo último que vi fue tu sonrisa y temo no recordarla. A veces me da la impresión de que sabés lo que siento y más veces siento que no querés saber.

Despertame, necesito saber si estás para empezar a disfrutarte más temprano o para terminar de sufrir más pronto. Todo lo que veo se me desdibuja cuando entrás en el cuadro; todo lo que supe, lo dejo de comprender.

Despertame, no quiero seguir durmiendo. Despertame, que me aburro de soñar.